29 julio 2005

Un día tranquilo en Guanabo.

El sol tropical tiene su peligro. Incluso para quienes estamos acostumbrados a las lídes marineras. El exceso de sol de ayer me ha obligado a adaptar las actividades del día a esta circunstancia. Hubo mar un día más, pero fue a eso de las 7 de la mañana. Ver amanecer en el Atlántico tropical, es toda una experiencia. Las playas de Guanabo, abarrotadas a partir de media mañana, presentan una actividad relajada con las primeras luces del día. Algunos pescadores, buscadores de objetos extraviados, cubanos que todavía andan alargando la noche, bañistas madrugadores... Mi paseo matinal ha finalizado con un baño en las transparentes y calmadas aguas junto al rio Guanabo, en el límite territorial de la población. El sol, poco antes de las 9 de la mañana, se hace notar ya.

Tras el baño, antes del desayuno en la casa, una visita al Mercado Agropecuario de Guanabo. Los agromercados forman parte de la vida diaria de cada población de Cuba. En ellos, se venden frutas, verduras y carnes a precios cubanos, en la moneda nacional cubana, los pesos. Hay que recordar que Cuba cuenta con una doble economía y doble moneda.
Me cuentan que los mercados andan un tanto desabastecidos tras el paso del huracán Dennis. Aun así es un espectáculo pasear por los puestos y tratar de identificar las frutas y verduras que allí se venden: papayas, mangos, plátanos, guayabas, cítricos, ají...

El resto del día transcurre a lo cubano. Con mucha tranquilidad. Ahora un paseo por la avenida 5a de Guanabo, un cafetito en el patio de la casa de Bartolomé y Mercedes, un nuevo bañito en la cercana playa, una escapada para comprar una "cajita" de comida en uno de los puestecitos cercanos...

Un día tranquilo en Guababo, víspera de una jornada mucho más activa. Mañana con las primeras luces, pretendo dejar Playas del Este, para dirigirme hacia La Habana primero y hacia la ciudad de Cienfuegos después. Un trayecto de algo menos de 300 kilómetros, que espero poder cubrir en autobús.